Y es que hay novias que lo tienen clarísimo. Consideran que Ese Día no está hecho para innovar, sino para seguir tradiciones y sucumbir al encanto de lo sencillo. Y eso también les hace chic...
Los ramos de novia blancos son siempre una opción correcta, pero deben tener personalidad, estilo propio. Un bouquet de rosas es correcto... Pero no dice nada de la mujer que lo lleva... Unas peonías son frescas y desenfadadas, pero empiezan a estar un poco vistas...
No hay mayor verdad que el que en la variedad está el gusto. Lo sencillo no está reñido con lo meditado. Sí al ramo blanco, no al ramo de catálogo...
El mayor aliado del blanco es el verde, le aporta frescura y evita que el color de las flores se funda con el tono del vestido. Puede hacer que el ramo sea un bouquet perfecto o conferirle una personalidad más desordenada...
Piensa en freesias, rosas Austin, calas, hortensias, peonías... pero no por separado, sino combinadas especialmente para ti.
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