Nos centramos en el vestido. Olvidemos complementos: clutch, tacones, tocados y aderezos variados. De momento, sólo el vestido.
La mejor manera de no equivocarse es apostar por la sencillez, por las lineas rectas que resalten la feminidad. Tejidos como el crepe de seda son perfectos para conseguir una caída impecable.
El color depende de cada una, apostar por los básicos o tirarse a la piscina con algún estampado es una elección que no resta elegancia a ningún vestido. Sólo deberemos tener en cuenta que el corte y el tejido sean compañeros ideales...
Vaporoso o con cuerpo, puedes empezar por elegir la silueta o dejar que tus ojos se enamoren de una tela y actuar en consecuencia con el diseño.
Por último, recuerda que un vestido nunca es demasiado sencillo, pero que es muy fácil que se nos vaya la mano recargándolo...
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