Redireccionando...

miércoles, 23 de abril de 2014

Un must inesperado

No soy yo mujer de encaje. Lo admito. Y de guipour mucho menos. Pero está claro que esta temporada el universo de la moda se ha propuesto destruir mi estabilidad fashionista, reventar mis principios de estilo y darme en el morro con todas aquellas cosas que nunca habrían entrado en mi armario de forma natural y espontánea.

Está claro que estoy pasando por una segunda pubertad en la que me he entregado a los amores imposibles. Ahora mismo estoy en la fase de dejarme conquistar por las faldas lápiz de guipour. (Si este blog fuera trendy de verdad tendría que llamarlas pencil lace skirts, osea).


A lo que estamos. Como en todo, una vez más, el enamoramiento depende de varios factores. Si todas ustedes tienen un decálogo de requisitos del hombre perfecto, de la casa perfecta, del trabajo perfecto y hasta del billetero perfecto, la falda en cuestión no iba a ser menos. No son tantos como 10, pero son varios.

Para empezar, el tejido. Evitar a toda costa calidades mediocres. Señoras, se nota. Y mucho. Hay cosas que no pueden comprarse por 29,90.


La largura. Por debajo de la rodilla. No ignoren este punto, es crucial porque ahora es cuando les digo que para eso necesitan ustedes tacón alto y empiezan a odiarme. Está bien; háganlo. Ódienme. Pero, por favor, nunca se pongan una falda por debajo de la rodilla con medio tacón. Se lo ruego. Lo especial de este must de primavera es tanto el tejido como la longitud, recuérdenlo!

El forro. Algo más corto que la falda en sí y del mismo tono. Vamos a darle un poco de gracia al asunto... Y de paso acortamos visualmente la largura.


El remate del bajo. Con las ondas propias del guipour. Este es otro de los motivos por los que el tejido debe ser uno en condiciones. Nada de coser el bajo como si fuera una falda low-cost. Estamos a lo que estamos.

La forma. Pegada en la cadera y estrecha a la altura de las rodillas. Sin pinzas. No les voy a engañar. No es cómoda.


Y por último, la combinación. La gracia de la falda de guipour es combinarla como si fuera una falda cualquiera. No se trata de vestirse como si fueran ustedes a una boda en lugar de a la oficina. Recuerden que no hay nada que una buena camisa blanca no levante con soltura!

Se animan?

Imágenes vía Pinterest

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