Redireccionando...

jueves, 5 de marzo de 2015

Con el puño en alto

Novias del mundo, sobre todo, esas novias que quieren un vestido con manga larga. Hoy me dirijo a ustedes. No se asusten, que, aunque me he ganado una fama de lo más reivindicativa, no van por ahí los tiros. Hoy, por lo menos, no.

En primer lugar, mi más sincero aplauso por huir de los palabras de honor y sus consecuentes dramas posturales. De verdad les agradezco este granito de arena que aportan al mundo de la moda nupcial que tanto ha sufrido con Divinity y Pinterest.

En segundo lugar, permítanme un consejo, una tontería de nada... Cuiden los puños, que además de para reivindicar, sirven para hacer bonito. Ya ven. Vale que el fin es más superficial, lo admito, pero es que lo que me faltaba ya era meterme en política...


Parece que últimamente sólo existen las espaldas de infarto, cosa que me congratula sobremanera, no les voy a engañar, pero, en ocasiones, parece como si la novia tuviera que hipotecar el resto del vestido por lucir una trasera de ensueño. Y no tiene por qué.

Un vestido sencillo siempre será un acierto, pero un vestido con detalles siempre será recordado. Ojo, que he dicho detalles, no un muestrario. Que hay quien se viene arriba y se le suben las piedras, encajes y demás aderezos a la cabeza... Y Naty Abascal sólo hay una.


Si hay un elemento que combine bien con la idea de un vestido sencillo, unas mangas sobrias y una espalda maravillosa, ese elemento son los puños. De pedrería, de encaje vintage, de pasamanería, brocados en relieve, con volantes acampanados, con lazos estilo Chanel... Que alguien me pare...

Sólo piensen en el tiempo que pasarán sentadas a la mesa, o de frente a sus invitados... No veo muy práctico hablar con todo el mundo haciendo un Pataky para lucir trasera. Más que nada por que si lo hacen así, además de quedar pelín raro, les auguro un par de infiltraciones durante la honeymoon...


Las manos serán protagonistas ese día, con los anillos, en la mesa, junto al ramo, secándose las lágrimas... Pónganlos al nivel que merecen!

Yo les doy la idea, ustedes sabrán qué hacer con ella. O no. O yo qué sé. Sólo les digo que piensen el vestido en conjunto y que procuren equilibrarlo. Ya saben que si se pierden por el camino, aquí estoy para ayudarles.


Piénsenlo y valórenlo, pero servidora apuesta por este valor en alza. 

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